Mira hacia acá

No era fácil acostumbrarse a su comportamiento sonriente, mucho menos el saber que sus sentimientos probablemente no eran todos dirigidos hacia él, pero el que ella le aceptara como su compañero no fue tan difícil como supuso.

Para variar, ella se encontraba diseñando trajes para Sakura, pues pensaba que pese a que lo más difícil había terminado, aún tenía que estar lista para lo que viniera. Sus dibujos habían mejorado de tal manera que ya la estaban llamado de escuelas de moda para que ingresara en alguna de ellas, pero por había rechazado las ofertas, por considerar que aún no era el momento.

De repente, detuvo el lápiz y sacó otro cuaderno, que nunca había visto antes. Se volteó y le dijo:

— Espero que no tengas vergüenza de usar alguna de ellas.

Él parpadeó y comenzó a ver los dibujos que le había dedicado. Al ver su trabajo, no pudo evitar sonreír, pues se daba cuenta que él también estaba en su corazón.

— Tomoyo…

— ¿Sí?

— Mira hacia acá

Ella obedeció y, sin esperar permiso ni nada, él le dio un beso fugaz en los labios.

Y así comenzó una nueva relación entre ellos.