La vida en rosa

¿Es un sueño o una realidad?

Abrí los ojos, y lo primero que sentí era que no debía comer con el estómago vacío, tal como dijo un cantante mientras miraba su película.

Es que, si somos honestos… ¿Cómo podía imaginar que hoy, justo hoy, el cielo quisiera burlarse de la humanidad y, en lugar del acostumbrado celeste que miro, ahora está todo rosado?

De todos los colores… ¿Rosado?

Me recordó de inmediato que, antes de dormir, había escuchado una de las sonatas para piano y violín de Mozart, pero, siendo honestos, ¿es él realmente el causante de eso? Yo creo más bien que esto es obra de mi excesiva cuota de chocolate de anoche.

Con esos pensamientos me levanto, camino un poco y casi me caigo de la sorpresa

En lugar de los típicos colores grises que veo siempre, mi madre me saluda con un vistoso vestido de flores mientras mueve sus ¿alas?

Me pellizco tratando de pensar que esto síes un sueño, pero al sentir dolor me percato que no es así, así que olvido al cantante, a Mozart y mi adorado chocolate para analizar qué movimiento astronómico habrá ocurrido para que todo cambie de color y mi madre se haya vuelto un hada…

Tomo desayuno y salgo, pensando que era hora de ir al colegio pero, en lugar del colegio con paredes grises, me encuentro con un gran árbol del tamaño de la cuadra y, al igual que mi madre, muchos seres alados también llegan volando a los pisos superiores del árbol, como si fuese algo sumamente normal.

Trato de no mostrar mi asombro cuando veo que mi típico profesor de historia, siempre empaquetado y serio, llega con una ropa hippie y un afro que daría envidia a cualquiera. Llega, me mira y de la nada saca un vaso con agua, listo para realizar su broma del día…

¡Plaf!

“¿Sería tan amable de dejar su mundo de hadas para dedicarse a mi clase?”- y, para decepción mía, lo dice con su habitual voz seria de siempre, mientras se destaca abiertamente su calvicie

El ambiente cambia, vuelvo a mi colegio gris y con todos mis compañeros vestidos iguales, más encima con la misma expresión de burla de siempre.

Suspiro y respondo afirmativamente al profesor. Supongo que más tarde tendré mi tiempo para regresar a mi mundo en rosa, donde mi madre sonríe y donde mi profesor con afro me entrega una clase que alegre mi vida gris.